El hombre, el hombre... tanto hombre. ¡No iba a ser cascarrabias!
Hicimos una sesión en Alzuza, su casa, una vez muerto, al cabo de un tiempo. Nos propusimos superar la frustración, su impotencia. En ello estamos.
Buscamos el código fuente de la cultura de destrucción,
y lo transformamos en/con amor, integrando
cielo, tierra y esperanza. Jorge, hay esperanza!
Hicimos una sesión en Alzuza, su casa, una vez muerto, al cabo de un tiempo. Nos propusimos superar la frustración, su impotencia. En ello estamos.
Buscamos el código fuente de la cultura de destrucción,
y lo transformamos en/con amor, integrando
cielo, tierra y esperanza. Jorge, hay esperanza!
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