El club de la lucha

Me ha costado digerir los puñetazos,
pero merece la pena, interesante ejercicio
para ver por dónde van los tiros en esta
III Guerra MUNDIAL, "guerra silenciosa"
en la que no se disparan armas sino situaciones.

Teniendo en cuenta que
el sistema de dominación
tiene concentradas en sus manos
un 80% de
- productoras
- distribuidoras
- salas de exhibición,



y teniendo en cuenta que
"El club de la lucha"
de Brad Pitt, etc.
no es cine independiente,

podemos sospechar que
es un moldeamiento hacia
el suicidio y la autolesión,
el caos y la autodestrucción.

No hemos llegado por casualidad a esta situación:
"trabajamos en lo que no nos gusta,
para comprar cosas que no necesitamos".
Empleos de mierda, y casas de Ikea.
Hemos sido conducid@s, inducid@s.
Y ahora en la peli, Taylor (Brad Pitt),
no es que lo constate, sino que además
nos hace sentir imbéciles por pertenecer al rebaño.

El orden es el siguiente:
primero lo energético: el control de la economía
luego lo simbólico: el arte y la estética, cine-tv-música
después lo mental: la ideología, la política
a continuación lo emocional: las situaciones que disparan pasiones
y por último, lo físico: la realidad cotidiana en acción.

Es un plan urdido con tiempo, con mucho tiempo.
El plan de la dominación,
desde luego estaba ya en la época de los romanos.
Y el hilo conductor se puede seguir más adelante
en ese rastro simbólico poderoso de Goebles,
ministro de propaganda del "pequeño con bigote",
que regala un aparato de radio a cada casa en Alemania,
en la que sólo se podía escuchar una emisora: la suya.

Disgresión.
(En el Estado Español, su homólogo Tovar,
cambia la historia del pensamiento, la trayectoria,
y fabrica la idea de
que el euskera tiene una alta proporción
de vocablos tomados como préstamo del latín,
contraria a la idea del vasco-iberismo:
que lo que se habla en la península ibérica
cuando llegan los romanos, el ibero,
es el vasco, euskera o linguae navarrorum.)

Reducir la población mundial 
a 500 millones de personas.
Con ese "personal de servicio" basta.
Para recortar el personal los procedimientos son
guerras, hambre, sida y otras enfermedades mortales,
y ahora suicidio inducido.

¿Caos y destrucción? No. Se llama "demolición".
El negocio es el mismo:
a la construcción le sigue la demolición,
cíclicamente, y son los mismos quienes la organizan,
y ahor ael plan es que sean los propios varones,
hombres y jóvenes, acabado el contrato social,
quienes se ocupen de destruir,
y a fin de obra se suiciden.
Barato sí que es, bien pensado...

Envuelta en ropajes psicoanalíticos,
exponente de dependencia y sumisión,
la peli introduce un troyano en la mente
que va haciendo añicos todas la raíces,
todos las perteneceres de la personas humanas:
madre, padre, hij@s y parientes, amig@s, comunidad...

A destacar el dedo que mete en la llaga
de los hijos varones de madres separadas:
"somos una generación educada sólo por mujeres".
Pues claro,
TODAS las generaciones sanas
han sido educadas por mujeres
hubiera o no hubiera
un hombre durmiendo en la casa.

Porque...
es una peli hecha para hombres, chicos, varones.
Llena de violencia física, sangre y puñetazos,
La única mujer que aparece no tiene un desarrollo profesional,
sólo fuma y folla, y vive de la caridad.





En fin, repito: interesante ejercicio,
para ver por dónde vienen los tiros.