Del 18 al 20 de Mayo, en Urdirotz (Nafarroa)
encuentro para la puesta en marcha de
monedas sociales en Euskal Herria,
a propuesta de Auzolan.info.
"Las
monedas sociales son un vehículo
de
trueque multirrecíproco
para
intercambiar productos y servicios.
La
moneda social,
también
llamada local, alternativa
o complementaria,
es
una herramienta
que
nos permite registrar los intercambios
en
una región
para
crear con ellos
un
sistema económico alternativo
permanente,
y
prescindir gradualmente
del
euro.
Pueden
construirla,
sin
que para ello sea necesario ganar previamente una revolución
y
desde el día a día de una población rural
o un barrio,
personas
de
todas las edades y colores.
Posibilita,
además,
aprendizajes
necesarios
para
crear un mundo mejor,
como
la
cooperación,
la
confianza o
el
despertar de nuestros talentos.
Este
tipo de monedas
crean
un nuevo eslabón económico
a
escala humana y biorregional.
Las
redes de intercambio con moneda social
son
espacios de democracia directa
en
lo económico.
No
son la única respuesta, ni la más importante, pero
sin
ellas difícilmente podremos lograr cambios
sustanciales,
al
estar trabajando con
el
euro, una herramienta básica (estratégica)
del
mundo que queremos cambiar.
Una
de las dudas más frecuentes es
si
no se está
volviendo
a hacer lo mismo
que con otras monedas.
La
respuesta es
claramente
no:
la
moneda social es muy diferente
al
dinero que conocemos pues
-
no tiene intereses,
-
se emite localmente, y
-
se crea en cada nueva transacción.
-
No es escasa,
-
no sirve de nada
acumular ya que no hay intereses, y
-
no tiene ningún sentido
prestarla porque
-
se puede acceder a ella fácilmente.
¿Cómo
se
crea
y
cómo
funciona
esta
moneda?
Todos
comenzamos con cero unidades de
moneda social.
Al hacer un
intercambio,
quien recibe el
producto o servicio contrae una deuda,
que puede
saldar
con cualquier
otro usuario de la red.
En esto
consiste el trueque multirrecíproco,
distinto del
trueque directo o clásico antiguo.
Si yo recibo
una clase de yoga, por ejemplo,
quien me la
ofrece cobra 10 unidades de moneda social,
y mi cuenta
baja a -10 unidades de moneda social.
En ese momento
estamos creando
diez nuevas
unidades monetarias en el sistema.
Si
alguien acumula moneda social, al no haber
intereses,
no
gana nada,
y deja
de percibir bienes y
servicios
a cambio de los
que ya ha ofrecido.
Quienes
necesitan moneda social
no
pueden endeudarse
como ocurre con
los euros:
basta
con que ofrezcan cualquier
bien o servicio a la red
para poder
participar en los intercambios.
Las
transacciones se registran
en una
herramienta virtual de origen sudafricano,
el Community
Exchange System (CES),
que es
transparente para todos los participantes en la red.
Los
consumidores también pueden
comprar
moneda social con euros;
con este cambio
de moneda,
obtienen moneda
social (en proporción uno a uno)
con los que
pueden adquirir productos y servicios de la
red,
y la red recibe
euros,
que destina a
la compra de
productos que
aún no se consiguen con moneda social.
Cuando esa
moneda social vuelve a la red se elimina,
ya que no es
emisión de moneda sino sólo un cambio.
Las monedas
sociales son la pieza que
podría servir
de nexo
entre las
experiencias de economía social.
Pensar que
puede convertirse en una moneda como el euro
es como pensar
que
la agroecología
pueda convertirse en una corporación como Monsanto,
o el software
libre en Microsoft.
Es imposible,
ya que parten de
presupuestos
opuestos e irreconciliables.
Además, es una
herramienta necesaria
para un proceso
de transición del mundo en el que hoy vivimos
hacia
sociedades utópicas
en las que no
haya registro monetario.
¿Qué
ventajas
tiene
una
moneda
social?
Estas monedas
generan
impactos
positivos en la región
en que se usan
en muchos
niveles distintos:
- se
facilita una mayor proximidad entre lo@s vecino@s,
- se redescubren talentos y riquezas locales,
- se recuperan los tejidos sociales y formas ancestrales de autoayuda,
- aumenta la capacidad adquisitiva de las familias, y
- surgen nuevas oportunidades laborales cooperativas.
Nos permiten
entender de una manera simple, pacífica y concreta,
que
el dinero puede ser
ampliamente redefinido.
Y así, desde
- la simplicidad,
- la ecología,
- la relocalización económica y
- la cooperación,se desenmascara y se construyeuna alternativaa una de las mayores formas de opresión jamás inventada:el dinero corporativo y con intereses,partícula fundamental, y a la vez profundamente desconocida,de nuestras sociedades.
Las monedas
sociales, en cambio, son la pieza que
podría servir
de nexo entre las experiencias de economía social
- cooperativas de trabajo y de consumo,
- redes de consumo responsable,
- centros culturales alternativos,
- institutos ecológicos,
- ecoaldeas,
- etc.permitiendo que trabajen de una manera mucho máscoordinada y eficiente entre sí.Construyendo lo que algunos autores denominanmercado social, pasandode una iniciativa locala una propuesta sistémica.
Abren, así, un
nuevo espacio de
experimentación
social colectiva muy amplio,
en un terreno
poco explorado aún,
con muchas
similitudes con el software libre,
creando de
forma gradual
propuestas lo
suficientemente consolidadas
como para que
se puedan plantear como
modelos
alternativos,
construidos por
activistas,
pero no sólo
para activistas.
Hoy, cuando la
economía capitalista se colapsa,
y cuando en las
calles hay un claro clamor
por un cambio
profundo,
imaginar un
nuevo dinero
y una nueva
economía
es posible y
urgente.
ALGUNOS
DATOS
PARA
ENTENDER
LAS
MONEDAS
SOCIALES
Historia
de
las
monedas
sociales
Las monedas
sociales han surgido siempre
en momentos de
crisis del capitalismo,
como sucedió
en los años ‘20 y ‘30 en Alemania y Estados Unidos.
Las redes de
intercambio modernas comenzaron
en los años 80
en Vancouver, Canadá,
con los Local
Exchange Trade Systems (LETS).
Todos l@s
usuari@s
comienzan en
una cuenta con cero,
y se suma o se
resta moneda social
en función de
los intercambios.
Más tarde
comenzó el modelo de las “Ithaca Hours”,
con un billete
físico,
que se extendió
rápidamente por toda América Latina,
especialmente
en Argentina.
En Europa,
además de las ecoxarxes catalanas,
hemos visto
aparecer las Regio en Alemania,
y muchas
monedas
en las llamadas
“transition towns” o ciudades de transición.
El
modelo
de
las
ecoxarxes
Desde que en
enero del 2009
comenzó la
Ecoxarxa del Montseny cerca de Barcelona,
este modelo de
redes de trueque se ha extendido por Catalunya,
y encontramos
ya 15 redes
que trabajan
conjuntamente -desde su autonomía biorregional-
con la
Cooperativa Integral Catalana.
La mayor
innovación de este modelo es que
pone en común
una red de trueque con moneda social
que sigue
diversos modelos distintos,
con una
cooperativa de consumo.
Al aceptar el
uso parcial de euros,
se pueden
comprar bienes básicos a productores.
De este modo se
puede
resolver
colectivamente la economía familiar y
depender menos
del capitalismo
de manera gradual".
No comments:
Post a Comment