Ejemplos de “Fábricas de Creación”,
un, dos, tres responda otra vez.
¡Eeeh... Kukutza... Kukutza.... y Kukutza.
¡Muy bien! ¡Eso es!
Hubiera podido responder la experta sueca.
Parece un sketx del genial Santi Ugalde de ¡Vaya Semanita!,
pero no lo es.
Cuando aún están calientes los escombros de Kukutza
Mikel Toral, representante de cultura del Gobierno Vasco
no llora, no se retuerce de dolor,
“me imaginaba que alguien me haría esta pregunta”.
¡Como para no hablar de jamón en un congreso de charcutería!
Está claro que les importan un pimiento
las fábricas de creación. Normal, si para empezar,
hasta su poltrona ilegalizada está fuera de ordenación.
El sistema y sus fieles lo fagocitan todo.
Dinero, especulación, recalificación, decoración.
Todo excusitas:
“no era de nuestra competencia”,
“no podíamos hacer nada ante el Ayuntamiento”,
Todo Pilatitos:
“la gente de Kukutza no nos pidió ayuda”.
Goliath estaba estrangulando a David
ante sus institucionales narices, y no intervinieron.
Se ha cometido un crimen.
Que sean juzgados por omisión, inútil gestión gobernación.
Quien esté libre de pecado que tire la primera piedra...
¡y que no pare! que aquí están todos dormidos,
o probablemente muertos.
Lo más de lo más,
fábricas de creación en las que honrar
con sudor, sangre y lágrimas padres obreros.
Postcultura adormeciendo narcotizada
en estética desguazada, sin fuego ni calefacción,
talentos pulidos, plusvalídados, plusvalídos.
Cementerios de elefantitos,
trabajadorados de la cultura.
Barracones en los que cada quien se paga
el papel de water de su bolsillo.
¿Y en la Dipu? ¿Y en el Ayunta? ¿Y en Lakua?
Obsolescencia humana programada,
perfectamente calculada por el poder,
obsolescencia humana diseñada,
para perderse el respeto a sí mismo
y callarse de viejo a los 50.
La crème de la cultura
ganándose su sueldito.
Performance tibia, pasiva, twiteada
en la que la realidad actúa como ficción:
“explota, revienta, ¡antes morir, que perder la vida!
La sangre hirviendo al bañoMaría.
¡Ay “socialistas”, coitados!
de collejas os van a dar,
desde Santurce a Bilbao,
vuestras abuelas republicanas,
cuando entréis a la tumba.
Suerte que hemos aprendido
a convertir en petróleo la pirrilera.
Tranquilidad:
es mentira, no es esencia,
sólo super.estructura, sólo adorno,
cuidadosamente despeinado.
Para remate, entrevistada por María Arana
en la hoja parroquial del ayuntamiento de Bilbo
la consejera de Cultura del Gobierno vasco,
Blanca Urgell (Vitoria, 1962) dice que
“La subvención crea dependencias muy perversas".
¿Se habrá dado cuenta de que su sueldo
es también una subvención?
Ella también es perversa, dependiente y subvencionada.
Tiene pinta de que no van a parar hasta
arrasar con todo lo que se mueva.
No quieren autogestión, ni tampoco subvención.
"El pueblo organizado funciona sin estado":
van cambiando las caras y aún así no nos engañan.
Iros a casa.
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