arma.mental

Escribe un amigo desde Paris...

"Oye Leire,

ya casi un año desde que nos encontramos en Paris... Disculpe si no contesto a tus varios mensajes, y si no mando mas noticias de aqui donde siguen las cosas de los sans-papiers, en las cuales sigo bastante metido.

Me alegra de ver tu permanente confianza sonriente, pero mujer ¡tanta mistica! Ya te dije que comparto muy poco esta mirada. Yo dirìa que hay que preoccuparse de lo que se ve – y lo invisible, si hay, dejarlo en paz... Miles de equivocaciones se encuentran en esos caminos – y, más que todo, lo que me asombra con los textos de hoy, es que son bastante largos... (se refiere a los relatos del 8.8.8 y de la Confederación Intergaláctica) y me pregunto si no se trata de un gasto tremendo de tiempo, intelligencia y todo... y para qué... cuando hay tanta energia necessitada para los asuntos tan dramaticos del mundo visible...

pero dejo de malestarte con mis preguntas

y te mando un abrazo

desde mi libreria..."

Y me inspira...

Entiendo tu postura;
yo tb me la planteo a veces;
con todo, lo invisible y lo visible.

Ultimamente tengo un pensamiento:
no recuerdo cual de las guerras mundiales
la ganaron quienes pusieron en marcha la aviación,
y eran muy superiores al enemigo por su tecnología.
(Ya ves que la documentación no es lo mío).

Tenemos que desarrollar una tecnología superior
porque con la común y los medios que tenemos...
algo podemos hacer, pero ¿cuánto?
Y la tegnología en la que pienso es la ARMA.MENTAL.

En esos relatos, muy largos a veces,
encuentro pistas que me resultan interesantes,
como la de SENTIR LA VIBRACIÓN del otr@,
sin entrar a la pelea.
Sin odiar, para no perder la fuerza.

Estad atent@s pues la única forma de que los disfraces e impostores caigan es que vosotr@s sepáis detectarlos y la única forma de que los detectaréis es poniéndolos delante vuestro para que podáis sentir cómo vibran. No os fijéis en quiénes son, ni cómo son, ni siquiera qué hacen. Sentid su vibración, inspirad su energía, sentid su luz, alimentaos con ella y si no encontráis nada, simplemente apartaos; nosotr@s os protegemos. Si os empeñáis en luchar y en desenmascararlos, nosotr@s tenemos que retirarnos y dejaros a su merced."

Creo que debe haber un resquicio, una rendija, un "zirrikitu" en euskera,
el ojo de la aguja,
para salir de este laberinto de dominación, sombra y oscuridad,
e intuyo que está muy cerca, y que es como el filo de la navaja,
y que habrá que hilar muy fino para no caer, de un lado o del otro.

Un abrazo muy grande.
Ojalá nos veamos pronto,
siempre nos quedará Paris.